Llamen al vikingo (25/07/2012)

Afrontando el viento norte.
Es fuerte, pero sabemos que llevamos el rumbo indicado.
Con la proa en el norte y la cruz en el sur”.
Confinados a este nuevo plan, abotonados a una esperanza vana.
Inicios en finales, a la mitad del juego.
Visitemos Finisterre.
Tendremos que renovar fuerzas de alguna forma.
Tendremos que levantar la vista. Mirar fijo al destino.
Con cara de perro, seguir sin amargarnos por lo que se fue.
Que lo que ya no esta no nos ate el corazón. A nada.
Ni a las tierras de los deseos, ni a las nubes de los sueños, ni al infierno de la añoranza.
Es prueba y error. Y error. Y error... Hasta el acierto.
¡Este laberinto en el que entre es hermoso, dios santo!
Pero que complicado salir... Le puse paredes invisibles, lo hice sobre el agua.
Si, yo me lo construí. Era simple y me lo hice complicado.
¡Maldito arquitecto que soy!
El próximo deberé planearlo mucho mejor, ahora no se como salir.
Si, va a haber próximo. El viajero volverá de su trip.
Mas Gruyere que nunca.
Elegí el minotauro mas raro de todos.
El mas hermoso, el único. El especial.
Lo encerré en su laberinto y lo hice mas complicado, para no salir nunca.
Pero salió el.
¡Si tan solo le hubiera hecho caso a Ariadna! Pero ni su hilo me traje...
Entre desnudo, totalmente ofrendado al amor.
Ahora paso frío en este invierno.
Tengo que encontrar la salida.
Estoy acá, sentado solo... O casi.
Con ese maldito nuevo viejo gato... El de Schrödinger.
Esa puta caja, la cual aún no estoy ni siquiera imaginando abrir.
Creo que necesito ayuda. No encuentro ni salidas ni caminos.
Llamen al vikingo, necesito de su valentía.
Unos piratas le ordenaron a mi corazón: “¡Abordar!”
Y el muy idiota se puso a bordar.


MdO.

No hay comentarios:

Publicar un comentario