Lluvia de invierno (10/07/2013)


Llueve. Y es invierno.
La lluvia siempre se presta para que la melancolía vuelva al cuerpo.
El alma se seca sacudiéndose, como un perro. Luego se echa y la miramos derretirse.
Se escuchan en estéreo las gotas sobre el patio y el techo.
No hay forma de adueñarse del sonido.
La F mira por la ventana. No, hoy no hay sol. Mañana, quizás.
Acomplejado, escupo fuego a los felices. Quiero ser ellos.
No porque no sea feliz, sino porque no quiero ser yo.
Si hay un día especial para no ser yo, esos son los días de lluvia.
Al tercer infierno, suelo quedarme sin gasolina.
Ni las magias, ni las brujerías. Sin conjuros ni gualichos.
El plástico no es como la cera, jamás podrán ser una mezcla homogénea.
Al fuego le rinden tributos diferentes.
En este invierno, donde todo salió de la peor forma, solo el calor del amor me reconforta.
Acurrucado junto a la real llama, con miedo de salir a la intemperie.
Los angeles siguen llorando lágrimas epidémicas.
Los vidrios, empañados, intentan que no veamos las gotas.
El dicho perdió vigencia cuando nuestro dios nos regaló la empatía.
Corazón que sintió igual. Las lágrimas, tácitas, recorren el alma.
Afuera llueve a cántaros. Adentro, más.
Hoy es un precioso día para morir. Para que la libertad sea real.
Por enésima vez dejar las cadenas del envase. Flotar entre versos y melodías.
Pero hoy no puedo, el frío es hostil.
Me recluye a mi mas recondita oscuridad. Vuelvo a revolcarme sobre el teclado.
La vida, la de verdad, está a un paso de distancia. Si tan solo cruzara esa puerta...
Pero hoy los angeles lloran y el cálido fuego está lejos.
No tengo garantías de llegar entero al próximo punto de control.
Se relame el diablo, siendo la mejor opción.
De nuevo en los algodonados avernos de la horizontalidad.
A esperar aquí que la lluvia cese, que la llama vuelva.
Con un tibio beso despertar, y ver al amor hundirse en tu pecho.
Risas, “It’s all a fucking joke”.

MdO.