Me desperté dos horas después que mi cuerpo, con esa esencia de domingo metiéndose por debajo de mi piel.
El mareo inevitable de encontrarme parado en la calle, luego de un tiempo manejado por inercia.
Apago el piloto automático y emprendo el regreso a la realidad.
Camino sinuoso, mas aún cuando uno no quiere regresar.
No es bueno soñar con todo. Los sueños pueden volverse realidad con facilidad.
Al fin ciertos sueños se transformaron en cotidianeidad volviéndose insoportables pesadillas.
Malos sueños superados con el tiempo de sonambulismo.
Sueños de maple, con dejadez de la impotencia de despertar antes de lo previsto.
Indicios de buenos nuevos destinos, falsas esperanzas esporádicas.
En el inicio de los tiempos el hombre aprendió a comunicarse.
Lo que nunca sospechó es que además de intercambiar palabras y conocimientos, implícitamente contagiaría ánimos, sentimientos.
Lo que nunca sospechó es que además de intercambiar palabras y conocimientos, implícitamente contagiaría ánimos, sentimientos.
Hoy este pequeño proyecto de persona intenta comunicarse garabateando lineas tácitas.
El organismo actúa de una forma un poco escéptica con la falta de sueño y los sentimientos encontrados.
La inexplicable sensación de vacío produce cambios en la rutina cotidiana.
Lo curioso es que no provoca tristeza, sino abstracción.
Crea un nuevo mundo saliendo de las vivencias opacas y grises del día a día.
Anochezco soñando ser parte de un renovado Génesis, amanezco con las costillas completas.
Ya el aroma a domingo se traslada por mis venas, adormeciendo de nostalgia el corazón.
Encontrado sobre las pistas, en la cacería de un nuevo viejo gran monstruo, algo conocido pero a la vez por conocer.
Contando con todas las armas pero sin saber como utilizarlas.
Tirando con granadas cuando debo arrojar la red.
Disparando con cañón, cuando debo acercarme cauteloso.
Viendo escaparse o viendo morir al monstruo, pero sabiendo que volverá a estar en la jungla que algunos llaman “vida” al día siguiente.
En el eterno ciclo repetitivo de buscarlo y que siempre se me escape a ultimo momento, voy adquiriendo nuevas habilidades, haciendo nuevos intentos, fracasando nuevamente.
El verdugo implacable, el monstruo, el falso dominador, y el verdadero rey se encierran en una encarnizada lucha en la cual me siento el botín.
El verdugo que me corre y me alcanza antes de poder tocar la gloria.
El monstruo que viene siendo considerablemente mas rápido que yo.
El falso dominador que me obnubila y provoca inútiles equivocaciones.
Y el verdadero rey, quien me trata de convencer día a día que vuelva a casa, que aún no es tiempo de tener otra mascota.
Despierta - Silencio absoluto, pues el rey habla.- recuerda que paso con el ultimo bicho de estos que tuvimos, no lo supiste manejar, no lo supiste cuidar. Es muy peligroso en tus manos, cometiste errores graves, fallaste donde no debías fallar. Aún no es el momento.
Si, lo se... El rey tiene razón, pero el absurdo controlador esta queriendo ser mas fuerte.
Se ve que regreso de su inactividad y necesita atención.
Ya con el plomizo licor del domingo filtrándose en mis huesos, voy despidiéndome de la idea de volver a ser uno mas de la masa.
La nostalgia de un domingo azul a ganado mi cuerpo en un sábado.
El sueño de mi cuerpo, sin embargo, no puede sobreponerse a la inquietud de mi mente.
Inquieta, busca respuestas.
Sin querer, termine siendo religioso.
Soy un teísta de la incertidumbre.
La vida sigue siendo felicidad, pero los interrogantes y las tristezas lo hacen mas llevadero.
Dios es un carácter alfanumérico.
Por las dudas te lo dejo en claro, no soy un orejón y mis costillas no se negocian, no se te olvide.
MdO.
