¿Qué hay de nuevo, viejo? (24/06/2014)

Nuevamente un frío invierno de soledad.
Los abrigos de la avaricia (de los que nunca fui habitué) sonríen.
Probablemente, lo único que siempre tuve fue razón.
Soy felizmente pobre. Y pobremente feliz.
Hoy es un día distinto a todos los demás. Ni la sonrisa que me caracteriza. Ni la pasión de lo que hago.
Sólo la prisión de lo que no funciona.
La decepción de no encajar.
Hoy es un mal día, un mal mes, un mal año.
Soy un tornado anoréxico.
Patético nuevo texto, luego de tanto tiempo.
Quisiera deletrear rosedades.
Patética mórbida realidad.
Estar sentado en la escarcha, en la puerta de “casa”, mate en mano. Ver pasar a la gente, inerte. Deslumbrarse de alegrías cotidianas.
Pequeños ápices de calma.
Ya sin inciensos, ya sin estandartes. Con la sola locura del invierno metiéndose bajo la piel. El invierno de los desadaptados. De los sórdidos silbidos.
El recuerdo de que estamos vivos. De que permanecemos, diferentes pero intactos.
Reconociendo los mismos bestiales y viles rostros.
Instauradores del crimen principal, depresores por naturaleza.
Incentivadores de la mala suerte, cupidos de alquitrán.
Restos.
Y sobras… Atuel, sobrás.
Retratos despintados con sombrero jamas “oleolizado”.
Soy la definición del fracaso. Soy la nación de la improductividad.
Ciertas cosas siempre seguirán igual. ¡A acostumbrarme al no-cambio!
Hay personas que son imprecisas hasta en la forma de sentir, que son efímeras hasta para las palabras mas constantes.
Las hay amarillas y verdes. Las hay rojas. Las hay negras.
Las hay del impredecible color de un sueño por cumplir.
Somos lo veedores de los cambios que acontecerán.
Intentaremos ser quienes desvíen el rumbo del cuento. Intentaremos ser eternos.
Hay quienes crecieron frotando lámparas.
Hay también quienes nacimos imposibilitados de pegar dos buenas seguidas.
No hay necesidades más dolorosas que las del alma.
No hay necedad más grande que creerse perfecto y único.
No hay pecado más vil que el egoísmo.
No hay traición más negra que fallar al compromiso bilateral del apoyo.
Al día siguiente amaneceremos igual.
Despertaremos sin sonrisa pero la iremos ganando paso a pasito.
Amaremos; aunque no sea la paz.

MdO.