Fuego Bendito (22/12/2011)


El gato está, definitivamente, muerto.
Su testamento dejo una gran grieta en mi alma.
Recuerda que ya no te recuerdo,
No olvides que debes olvidarme”
Leí y me desmembré.
Sus frases de kerosene incendiaron mi alma.
El fuego de mi corazón ardió de mala manera
Y quemó todo mi cuerpo.
Gato endemoniado, fuiste locura
Fuiste pasión, fuiste engaño.
Pero por si quedara alguna duda, debo remarcarlo:
Fuiste lo mejor.
Encerrado aquí viví muerto
Atrapado en esta imunda caja por tu cobardía”
Y es verdad... Mi cobardía de no ver dentro.
El sol se puso para este gato mañoso,
Para este pobre falso erudito.
Mi cobardía, aun siendo perdurable, no fue eterna.
Nada lo es, todo es efímero.
Tanto las flores como la basura.
Perdóname por dejarte vivo y muerto en esa caja.
Desearía que halla sido por olvido, pero fue por temor.
Y eso me avergüenza.
Maldito seas, te costará encontrar otro gato como yo.
Tu descuido para conmigo dejará mella en ti.”
Y no sabes cuanto, enfermizo gato,
Que sigues atormentándome después muerto.
Con este papiro de ilusiones. Con esas palabras filosas.
Jamás encontraré un gato igual, quizás sí uno parecido.
Pero por ahora estoy bien sin mascota.
El fuego se acrecentaba con cada frase.
El papel me incendia.
Cobarde, estúpido, manipulador, ingenuo.
No te quedes ahí leyendo. ENTIERRAME!”
Y aún en gato sigue allí, sobre mi mesa.
Yo releo a cada momento este testamento de furia.
Cada día descubro el significado de algo nuevo.
Perdóname, vil gato engañador.
Ya ha llegado la hora de hacer un pozo en el patio.
Te extraño, lo siento.
La enseñanza de este cuadrúpedo:
No se extraña a la persona, sino a la sensación.
Gracias.
El gato de Schrödinger estaba muerto.
Gracias,
Inmenso.

MdO.