Aún sigo siendo un novato (17/07/2012)

He llegado a darme cuenta, de mera casualidad, de mi situación.
Soy un maldito novato.
¡Cuanto trecho me falta!
Aún sigo echandome culpas.
Aún intento convencerme de que todo podría haber continuado.
No. En algún momento debía terminar.
El arrepentimiento es para los débiles. Para los cobardes.
Para los incautos faltos de locura.
El sabio afronta las realidades y logra ignorar el sufrimiento. No así el dolor, el duelo.
¡No puede cambiarse el pasado! ¿Por qué arrepentirse?
Levantemos al cabeza, aunque aún el dolor carcoma el corazón.
Aunque nuestro paraíso se aleje, temporalmente, a pasos agigantados.
Ya volverá... Igual o con otros ojos.
Los milagros suceden, pero solo si uno camina erguido.
Fuerza.
¡A combatir ventiscas! ¡A enfrentar inviernos!
Se que no es fácil. Se que se extraña. Se que se ama.
Se que el controlador gotea.
¿Pero acaso eso no es lo que debe pasar? Vaciarse... Para luego volver a llenarse.
¡No existe peor oficio que el de encorchador de bobos!
Es el psicólogo de los suicidas, el ultimo barquero.
¡Ni con experiencia se hace mas fácil!
Es que toda es poca... A los 20 o a los 80. Ni quizás después del frío beso.
¡Aún sigo siendo un novato!
Los tipitos negros sonríen regocijándose con el gran manjar que les espera.
¡Que narcótico eficiente! Al menos por ese momento...
Y casi sin imaginármelo, me toca el turno de mover.
Las piezas están ahí, tan sensualmente ubicadas.
¡Ni el tiempo logra inquietarnos! Que las putas agujas sigan su camino.
Que el verdugo actué como se le cante.
En el limbo, en la cornisa.
En la cima de una gran muralla.
Fue correr, correr y correr.
Hasta llegar a este limite. Y ahora solo nos importa estarnos quietos.
Pensar. Mirar. Soñar (¿Por qué no?).
¡No hay mapas, no hay brújulas, no hay sendas planeadas!
Y con total displicencia, damos ese paso. Sin temor a arrepentirnos.
Movemos nuestra reina.
Casi al mismo momento en que una mano dibuja un sombrero sobre una foto conocida.
Un sombrero pintado al oleo.


MdO.

Oración, fastidio y buena suerte (13/07/2012)

Todos los finales concluyen en lo mismo.
Se presentan etapas imposibles de gambetear, por mas cintura que se tenga.
Hay que ir de frente, encarar de golpe la situación. Aumirla.
Me apego a la frase de mis filósofos personales, quienes me han mostrado la luz infinidad de veces.
No son los únicos, pero son los constantes.
“Oración, fastidio y buena suerte”
Al pie de la letra.
A perdernos en el encuentro.
Se comienza por la oración.
Por el rezo. Si, así, bien... De rodillas.
Se ruega, se llora, se implora... Se desaguan los mares.
Alguna deidad debe quedarnos. Algun alma encarecida quizás nos escuche.
La fe y la esperanza parecen sinónimos... Tarde nos damos cuenta de las diferencias.
Se sigue... Esta etapa es la mas complicada. Uno siempre le dedica mayor tiempo del necesario.
No hay experiencia que nos valga. Cada vez es lo mismo, pero diferente.
El fastidio es lo que le sigue. El enojo.
Uno no puede comprender. Ese es el problema.
Uno no se fastidia con el otro. No odia al partenaire.
Se odia a uno mismo. Huyen de sí mismo las razones. Se escapa todo de nuestra corta mente.
Cuadrados tirando a triángulos. Obtusos.
Invencibles fantasmas invaden el espíritu.
¡Uno jamás despierta solo! ¡Siempre nos acostamos acompañados!
Si la cara de la soledad es espantosa, mas aún lo es la espalda de un frío fantasma creado por nuestros deseos arruinados en pesadillas. Devenidos en terrores.
Nuestro cuerpo se funde con el clima. El alma vuelve a metamorfosear en felpudo.
El corazón es un vil mentiroso. Pero que la va de banca.
Superada esta etapa, ya se puede descansar en paz.
Se viene el deseo de “buena suerte”
La mente, reconciliada con el alma, invita al corazón al aquelarre.
Todo está preparado para el gualicho definitivo.
Se necesita mas que un espiritu fuerte para despedirse de lo que uno ama con todo su ser.
Para fortalecer, se lo debe nutrir. Correctamente, rodeado de la mejor comida.
Amanece una nueva era. El corazón por delante, blandiendo su espada frente a los negros espíritus del pasado.
Recaudando dentro de sí lo mejor de el pequeño sueño de verano.
Y allí termina el taciturno recorrido del final.
Etapas que no son simples.
Etapas que llevan su tiempo
Siempre una después de la otra deben vivirse.
Cronológica debe ser su ocurrencia...
Sino pasa lo de ahora.
El mayor problema.
Uno apenas se atreve a imaginar la salida de la primer etapa, pero ya se encontraba en mitad de la segunda... Obligado a ir lo antes posible por la tercera.
Las tres a la vez. Oración, fastidio y buena suerte...
Para mi. Todo este hermoso paquete para mi.


MdO.

Otro gato (08/07/2012)

Si el principio fue rápido, más aún lo fue el final.
Sin palabras, sin suspiros, sin ojos.
Ciegos por elección.
Los llantos por separado, las caricias muertas.
Sin inciensos, sin gualichos.
La esperanza perdida entre una frase de Nietzsche.
Que el “superhombre” espere sentado.
Nos perdimos entre sueños, entre risas de antaño.
¡Cómo nos gustaban esas nubes!
Como nos gustaba nuestro futuro...
Edificado sobre cimientos precarios de pasado.
El primer sismo hizo que todo cediera.
Risas, risas, risas... Llanto.
Rápido. Veloz. Fugaz.
Es fácil imaginarse un mundo de proyecciones.
Subir, subir, subir. Caer.
El éxito pudo sentirse.
Tu éxito. Y eso es mi felicidad... Lo poco que queda de ella.
Incrédulo. Mirando como un abombado nenito la “realidad”.
El deshielo no acontece. El sol no sale. Las heridas sangran.
Tinta roja.... “Tinta” sucia.
No supe ser un correcto hechicero.
Al mago se le escaparon los conejos.
¡AMOR!, miedo, ¡Amor!, terror, Amor, dolor, calma, amor, pánico, desesperación, ¿amor?, fin.
Postguerra.
¡Que hermosa era nuestra inocencia!
¡Nos creíamos inmortales!
Y en parte lo somos. Vos sos inmortal, yo soy inmortal...
Pero la sinergia no funcionó en nuestro caso.
Consumido... Perforado.
Solitariamente acompañado.
La pulsión no fue suficiente. O el objetivo era otro.
El hecho quedó, probablemente, consumado:
Otra vez tengo un gato.
Más oscuro que antes...
Mucho mas vivo. Mucho mas muerto.
Odio a esta clase de gatos... Me tienen a maltraer.
La pasión infiere en el sufrimiento que no se puede apagar.
Fue el inicio de todo. Fue la chispa... Fue la leña.
Ya sabemos que ciertos fuegos no se encienden frotando dos palitos...
Pero increíblemente se encendió con aportar dos palabras a la mezcla.
Si sigo ofertando costillas, no voy a ver erguido el futuro.
Dos palabras, sumada la agilidad de la pasión, un mundo nuevo.
Mas efímero que cualquiera... Veloz.
¡Como amabamos el tiempo!
¡Que mal nos pagó!
Sin culpas, sin remordimientos... Solo agujeros.
Y no solamente en el corazón.
Baches en la cabeza, encías sangrando.
Ya sin cuello, ya sin monedas.
A cuarta vista fue caos.
Y aún así, siempre será amor.


MdO.