Pasó
mas de un mes. Aún sigue siendo lunes. Y encima, de invierno.
Se
sabia que las cosas no iban a ser jamás simples.
Llegamos
a la cornisa y volvimos, una y otra vez.
Acá
me encuentro ya perdidamente solo en este nuevo gran laberinto.
Mas
extenso que ninguno, Mas real que cualquiera.
Sosteniendo
esta vela, intento que la tenue luz que produce no se apague.
Intermitente,
se va de lado a lado. La cera me quema la mano.
Avanzo
(o retrocedo, seguramente). Cada vez mas lento. Cada vez mas loco.
Y
eso no es malo, la locura está sobrestimada... ¡Amo mi puta
humanidad imperfecta!
Machucón
tras moretón, encrucijada y bifurcación. Oscuridad.
Ni
una miserable silla...
La soledad de no tener ni siquiera a lo inanimado.
La soledad de no tener ni siquiera a lo inanimado.
La
parte amarga de eso.
La
tristeza de sentirse un triste ratón de algún experimento que
escapa de nuestro entender.
Pero
alguien lo entiende, y buscamos ese saber.
Conjuntamente
solos, necios a respuestas incompletas.
Somos
ciegos malhumorados recorriendo calles de colores. Armados con
espadas filosas.
Sin
perder la cordialidad, sin perder la postura ni la etiqueta,
seguimos.
Lo
bueno es que no perdemos la cordura.
Esta
se perdió al nacer. Durante el verdadero nacimiento.
El
bajar los brazos nunca estuvo contemplado. No lo permiten las reglas.
Uno
pierde la calma.
El
laberinto se vuelve de papel para nuestras garras, nuestros dientes.
Pero
no estamos siendo correctos. Las espinas surgen para lastimarnos.
Y
ahí estamos.
La
noche cubrió el laberinto y nos quedamos solos. Ya no parece
divertido.
Y
entonces llega la desconexión cerebral.
Entonces volvemos a la tranquilidad.
Entonces volvemos a la tranquilidad.
Nos
dormimos... Por algún tiempo.
Reímos.
Todo es una broma... ¿No?.
¡Esto
no me va a embrujar!
El
final verdadero amenaza aún con encontrarnos con las cabezas verdes,
los corazones negros y la mente blanca.
Entraste
sin preguntar, y te fuiste sin avisar... No es tu culpa, no lo sabias
ni vos.
Estas
siguiendo estrellas, estas siguiendo dioses, estas siguiendo tu
ideal.
Yo
no voy a frenarte en tu camino.
MdO.