Un septiembre tardío (25/09/2016)

Aún no es septiembre.
Pasaron 25 días desde que se dice por ahí que empezó.
No mientan, aún no llegó.
Ni por fuera ni por dentro.
No MI septiembre. No ese que me ha salvado en mas de una ocasión.
Sigue haciendo frío. Por fuera y por dentro.
Finalmente, y a pesar de todo, siempre tuve razón.
Y el dolor que eso conlleva en cada ámbito.
Pobremente, lo único que siempre tengo es razón.
Perdí la capacidad de amar.
Perdí mi característica más hermosa, la de sorprender.
Me volví predecible. Me volví común.
Perdí mi habilidad de no hacer sufrir a quien me acompañe.
Conservo esa sonrisa de cotillón. “Al mal tiempo, buena cara”.
Conservo esperanzas vanas. Las que odio por ser el peor tormento.
Sigo en proceso de mejoramiento, con mínimos progresos.
Corre el invierno. Parece alejarse a gran velocidad.
¡Llega septiembre!
Pero no la primavera.
El invierno se detiene en seco. Da la vuelta y observa.
Sabe que este año duró mucho su estadía. Sabe que viene en continuado desde el año pasado.
Se hace eterna su partida.
Mira y sonríe: -”No te quiero dejar... ¡Es que ya estoy acostumbrado!”
Yo, acurrucado en mi angina anual, lo observo. Sin producir sonido.
Me enrosco a mi nueva compañera de prisión (es su priemra vez), sin fuerzas de cuplir la tradicón con la negra (supongo que es la única razón por la cual aún está esperándome).
Tengo mucho invierno en la piel, en las venas. Es peor que el veneno.
Paraliza. Genera visiones. Enfría bondades. Destartala dones.
Me impide progresar en lo afectivo.
El resto de mi vida marcha bien y completo.
Trabajo, amistades, estudios… OK.
Pero el Rey está quejoso. Tuvo chances en bandeja y no las aceptó.
Las dejó pasar en pos de quiensabequé.
Todo esto pasó:
En diciembre dijimos basta y se abrieron las posibilidades.
Lo rellené de bollos de papel de diario en enero. No sirvió.
En febrero le tocó a la tiza. Pasamos el tiempo, me sentí mejor.
Pero a mediados de marzo acabó la magia.
En abril luchamos contra molinos. Salimos victoriosos. Pero vacíos nuevamente.
En mayo probamos suerte en otros paises, en otros idiomas. Fallamos estrepitosamente. No hay nada allá mejor que acá.
En junio todo comenzó a tambalear. La poca paz que habíamos logrado comenzó a esfumarse.
En julio terminé por perder la chance de enamorarme nuevamente. No sé hacerlo. Alguien me amó y yo no pude hacerlo.
En agosto... Simplemente eso: agosto.
Y llegó septiembre. El tan ansiado septiembre… En nombre, pero no llegó aún de la forma que lo esperaba.
Esto quizás es un reflejo de estar 3 dias en cama.
Quizás es un recordatorio de años anteriores. De vidas pasadas. De falsas palabras.
El Rey quiere gobernar un reino inexistente ya.
Pero me lo describe como real.
A veces llegan noticias de que fue conquistado, que ya tiene otro Rey.
Pero el gruyere se niega a creer. Por ser falso viajero lo sufre.
Paso a pasito iremos creciendo y mejorando.
Paso a pasito lograremos encontrar el reino de la felicidad.
El mundo es grande y estamos intactos.
Cabizbajos, lloriqueando por rincones. Armados de las mas grandes tristezas.
Pero sabiendo que nuestra esencia no puede haber desaparecido.
Que tarde o temprano se despertará el gigante. Y ya no habrá puerta que nos frene.
Aquí, desde mi lugar mas triste me digo: -“Atuel del futuro: lo lograste.”

MdO.