El problema es Google (22/12/2016)

Estando acostumbrado ya a echar culpas a otros, nos quedamos sin postores.
Simplemente ya no queda más gente.
Hay curiosos suertudos que fijan sus tristezas en lo inevidente.
Nosotros, los fervientes creyentes de lo plausible, carecemos de objetivos de odio.
Hoy vuelvo a casa caminando. La sesión fue intensa.
Tengo ganas de escribir y el día ayuda.
Con la Diabla de la mano, deslizo el dedo de la mano libre.
Las palabras se forman y lo muerto revive.
Es verano y lo aprecio. Aunque los aromas lastiman más.
La cabeza se estruja y brota tristeza.
Y yo sin saber a quien culpar.
¿Para qué son las fiestas?
Presumo que la Navidad es el nacimiento de otra cosa.
Sentenciando esperanza me abarrotan la cabeza.
Sabemos que la misma es un castigo.
"Morirás esperanzado"
El agua se vuelve turbia.
Frase tras frase busco a quien culpar.
(Aún sabiendo en lo profundo que el aire es venenoso por mis hechos)
¿Por qué mierda no creo en Dios?
Sería tan fácil...
Está nublado. Afuera y adentro.
Va a llover. Afuera y afuera.
Camino y pienso en el después.
¿Alguna vez me llegará el después?
Las primeras gotas anuncian mi llegada.
A unas cuadras de casa, me siento escurrir.
¿Serán los mismos ojos?
Comenzó la batalla nuevamente. Pierdo. De entrada.
¿Alguien ve esta guerra?
Los aromas siguen atacando.

Llegue.

¿Alguien habrá notado la guerra?
Sólo Google.
Es el único omnisciente.
La culpa es de Google.

MdO.



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