Banquina (19/01/2012)


Freno. Pero no de golpe.
Ahora las cosas pueden verse con mayor claridad.
Todo ocurre en cámara lenta.
Me doy cuenta que hay ciertos sucesos que podría haber gambeteado.
Pero mirar atrás no es lo que busco.
Busco el camino correcto para seguir adelante.
Creí, durante mucho tiempo, que era una carretera de dos carriles.
Poco me acordé de la banquina.
Hoy esa es mi decisión
Dejar que lo demás suceda a la velocidad que se le cante.
Yo voy por la banquina.
A mi ritmo, despacio, sin chocar con nadie.
Uno de los carriles es demasiado veloz.
Me dio miedo conducir por ahí, por mas que ame la velocidad.
Es muy peligroso.
No creo poder salir completo de un viaje en el.
Por el otro camino, si bien es lento como la banquina, no me sentía seguro.
Las luces me encandilaban. Era a contramano.
Amo los desafíos, pero con el auto en llantas, no de si podría soportar algo así.
Acá, desde la banquina, caminando a paso lento.
Acompañándome, de un lado, el controlador.
Unos pasos atrás, viene el viajero...
Ya de regreso de su viaje, que pensé que sería eterno.
Pero aún no me acompaña. Quizás no sea este el momento.
Ya va a haber tiempo para intrincados laberintos rojos.
Pero llevo, esta vez si, el carretel de Ariadna conmigo.
Aún falta para eso....
¡Aquí estoy! Parado, con Fito, al lado del camino.
Redescubriendo verdades que otros ya me habían contado.
Ciertos fuegos no se encienden frotando dos palitos”, nomas..

MdO.

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